Adiós, Luca...

Te acabas de ir, Luca. Ahorita mismo te vas. Fue algo que imaginé en cuanto dijeron que venían por un regalito… en ese momento imaginé lo peor. Es asombroso cómo puedes pasar de un estado sereno a uno de pesar, tú ida me será un trago embriagante de dolor. Te estás yendo, amigo mío, yendo para no volver a vernos dentro de mucho tiempo. Sufro.

Mientras escribo estas líneas que quieren llorar hasta secarse; los que me rodean pueden apreciar a una entidad calmada y sin inmutarse por lo acontecido, pero dentro de mí estoy rompiendo a llorar por tu pérdida. Te vas sin siquiera saber qué te esperará en ese nuevo lugar que de ahora en adelante será tu hogar, ahí donde crecerás grande y fuerte, pasarás innumerables momentos con tu nueva familia y donde algún día, morirás. Allá, en ese punto del globo en donde crecerá un gran ser, fiel a su nueva gente.

Pero algo que me remuerde es que hoy no pude jugar contigo. Hoy en la mañana, mientras dormía, tú y tu hermanita me estaban invitando a jugar de la manera más honesta y pura con sus ojitos de alegría e ímpetu propios de los más chicos como tú. Me incitabas a que me quitara las capas de adolescente y dejara al desnudo a mi niño interior, que no pudo salir por mi falta de interés. Si pudiese volver en el tiempo, seguro jugaría con ustedes como nunca… en especial contigo, pues ya te fuiste.

Tú, quien fuese el varón más joven de esta casa, has emprendido un nuevo viaje. Seguro por causas de la naturaleza, no comprendas a qué te enfrentarás mañana, pero aunque no entiendas quiero que sepas que si por cualquier causa regresas, seré de los primeros en alegrarme por tu regreso, oh Luca, juguetón Luca. Suspiro al alzar mi mirada al cielo nocturno que nos rodea tanto a ti como a mí, ese firmamento oscuro que es testigo de mi sufrimiento y de tu desconocimiento.

Oh Luca, lo repentino de tu despedida
no me hizo planear las cosas adecuadamente
quiero con todo mi ser poderte ver en vida
para que muerte, haya perfecta paz en mi mente

-Luca-

Nosce Te Ipsum