Folletos ecológicos

viernes, 5 de noviembre de 2010

Cambios

Verás, estimado lector de este mi espacio personal, que ayer en la noche y hoy, llegó a mí lo que creo que fue mi primera crisis existencial y vaya que es una tremenda experiencia. Pero, ¿qué onda con ella? ¿Por qué precisamente ahora? ¿Qué sentí? ¿Cómo me sentí ante ella?
Bueno, todo comenzó ayer en la noche que había regresado de un evento que terminó algo tarde. Tenía un poco de tarea para hacer, algo que era relativamente simple y vago, más no era la cosa regalada que todos esperaríamos por tarea ni un asunto para jodernos las neuronas. En fin, que para la nimiedad esa me tardé mucho, pero mucho tiempo; mi mente estaba divagando en otras cosas e inclusive yo mismo pensé (entre tanto desbarate) que “Pienso en todo y en nada a la vez” porque así era, tenía en mente tantas cosas y en realidad ninguna a la vez. Podría hacer una vaga metáfora comparando mi psique en ese momento con una computadora que tenía infinidad de procesos pero precisamente por ello, no podía avanzar en ninguno realmente (aunque en mi caso, medio acabé la tarea)
Y pasó el día siguiente, llegué a la escuela normal, como si nada. Estuve “tranquilo” en las primeras horas de clase, nada nuevo que contar. Actividades de unas materias por aquí, debates y charlas de otras por allá y unas cosas pendientes hasta acá. Finalmente todo iba bien, incluso pasé mucho más tiempo de lo normal con mi adorada novia, pero llegó la fatídica hora de Matemáticas.
Verán que hace un par de semestres, disfrutaba matemáticas porque se me hacía una materia relativamente fácil pero ahora digamos que me he peleado con mi amiga de la vida. Y desde hace un tiempo, me viene costando entender y sobretodo resolver los problemas que algunos compañeros hacen rápidamente. Y eso desató el vacío que me consumió la noche pasada, ese cóctel de ideas que sólo venían a entorpecer mi juicio, tal cual bebida embriagante que tapa las inhibiciones del hombre que consume. Y así, me puse con una mirada perdida, rondando entre la complejidad creada de cualquier cosa que viese…  así hasta la salida, en donde encontré a mi novia y le comenté mi asunto.
Le dije que necesitaba cambios en mí, muchos cambios porque sentía que en mi vida algo hacía mal y realmente no sabía qué era; ella me dijo que el cambio era bueno, y que si debía cambiar me recomendaba arriesgar todo pues con seguridad, en ese “todo” se iba igual eso que me tenía así.. Por eso me decidí por cambiar varias cosas, para poder sentirme mejor y no estar sufriendo mis crisis existenciales aunque me decidí por sólo algunas de las cosas que me forman como ser humano.
 De hecho, tengo una lista de las cosas que quiero cambiar en mí, y ya veré si las puedo cumplir todas para poder realizarme en este momento y salir de mi neonatal crisis existencial.
Cambios, requiero cambiar. Mejorar mi buena vida, renovar para trascender. Quitar las manzanas pútridas para que no me jodan a las buenas. ¿Deberé rechazar parcialmente a mi Yo o quizás adaptarlo al cambio? Eso lo descubriré en unos días.
Nosce Te Ipsum

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