El Pasaje

Son las 2:00 pm del día 27 de febrero de 2011 cuando empiezo a escribir esto.

¿Curioso mi título, eh? Lo que pasa es que hace menos de un cuarto de hora acabé de leerme El Pasaje de Justin Cronin. Cautivador, hermoso, una chingonería que todo mundo debería leer (o al menos en mi malsano juicio, así lo veo); tiene una trama que te transporta a un mundo futurista plagado de bichos raros que pretenden cargarse a la humanidad, algo bien Sci-Fi en algunas partes, y puede que pienses que eso del pinche virus cabrón ya está muy choteado (y refritísimo), pero Cronin deja ver un lado de su potente imaginación (súper camote, diría yo) al desarrollar en su prosa una historia que nace deshilvanada, vive perdiéndose pero al final encuentra un sentido y deja una enorme pauta para más [Maldición… ya quiero la segunda y tercera parte: Los Doce y La Ciudad de los Espejos*] y esa ansia es hermosa, perturbadora y aviva el ansia lectora… jaja, me siento como un cabrón viral.

¡Pero caracoles, se me fue decirles qué onda con la foto!
Verán que en esa mesita que se aprecia ahí, fue en donde concluí mi dulce lectura, escuchando el 7th Symphony de los Apocalyptica y con esos lentes redondos y de un tono carmesí puestos (jojo…) Un buen ambiente me vigiló: Un bello día domingo soleado, con una leve pero perceptible brisa a mi alrededor, y eventuales sonidos que quedaban en segundo plano, pues las letras de Justin absorben la realidad y la dejan a un lado.

Jaja, pero por ahora aquí dejo el relato, queridos lectores. Los menesteres diarios (?) de ir a la tienda por queso y una Coca-Cola llaman, supongo que es hora de comer.

¡Buena vibra a todos ustedes, hoy es un día hermoso y les recomiendo disfrutarlo al máximo! ;D
Paz, hermanos.

Nosce Te Ipsum

*Traducción: Bueno, no sé si los títulos serán (o son) exactamente así. Pero a mi parecer “The Twelve” y “The City of Mirrors” se puede traducer a como yo lo hice.