Folletos ecológicos

sábado, 26 de mayo de 2012

Pensamiento de fin de curso


El cuerpo humano es una pieza de ingeniería natural asombrosa, capaz de adecuar y regular su medio interno para adaptarse a las exigencias caprichosas del medio externo. ¿Hay mucho calor afuera? Venga, vamos a sudar un poco para refrescarnos. ¿Hay mucho frío afuera? No se diga más, a cimbrarse como terremoto tectónico. ¿Mucha luz te ciega? Cerremos los párpados y también las pupilas. ¿Hay falta de luz para que puedas ver? Dilatemos las pupilas a más no poder.

Las respuestas que el organismo tiene a los distintos estímulos es sorprendente; los ejemplos que cité son meramente analogías vagas de lo realmente intenso que puede ocurrir en tu cuerpo a nivel celular: Ahí es en donde ocurre la verdadera magia de la naturaleza, con cálculos brutalmente precisos y certeros sobre sustancias que pueden matarte en exceso o ausencia.
Pero no he venido a darles una cátedra de biología celular o algo por el estilo. Más bien, quisiera que apliquemos esos párrafos anteriores a un contexto más emocional.

Mi vida es… una vida muy buena.

No podría pedir algo que no tuviese todavía: Tengo buena salud, una familia que me quiere, excelentes amigos, un futuro prometedor, soy bueno en lo que hago y me gusta lo que hago. Si me conoces en vivo, podrás advertir que es muy raro verme de un humor que no sea alegre o jocosamente calmado; andar de buenas en mi lema inconsciente y los malos pensamientos no recaen tanto en mí. Pero quizá ese es el problema.

Puede ser que mi cuerpo requiera, por algún medio u otro, sufrimiento encontrado de alguna u otra manera para compensar la tanta alegría y felicidad que vivo a diario. Me di cuenta hoy que últimamente he estado escribiendo poesía e historias de dolor, pena, sufrimiento, tristeza e incluso suicido [no quiero decir que viva o desee esto último], particularmente de ese último tema.

Busco externar las sensaciones y respuestas de mi mente ante situaciones hipotéticas por medio de escritos cargados de sentimientos que no están ahí, pero tienen un significado u otro para mí. ¿Curioso, eh? Busco canalizar las emociones que quisiera sentir en ambientes ficticios que no son reales y que nunca se harán realidad, lágrimas pendientes y susurros de pena ausente…

A veces, creo que le hace falta algo de dolor a mi vida. Qué egoísta soy a veces.

 Carpe Diem, Carpe Noctem, Carpe Vitam

1 comentario:

  1. Y por cierto, ayer acabé el bachillerato. Dentro de unos meses ya entraré a la universidad.

    :fluttershyyay: ¡Yay!

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