Folletos ecológicos

lunes, 18 de octubre de 2010

Oryctolagus Leporidae

Y todo comenzó así
En un campo cercado, vivía un joven conejito
Un conejito feliz de la vida
Con muchos hermanitos conejos
Era un martes 10 de agosto de 2010
Ya era de medianoche, una medianoche más
Pero el conejito no se podía ir a dormir
Ya había comido y bebido, pero... había demasiada agua en la zona en la que vivía
En pocas palabras, su vecindario estaba inundado
Y no encontraba en donde dormir el pobre con insomnio
Buscaba y buscaba, pero no hallaba un lugar digno para su reposo
Detenido, se posó para observar las estrellas, un bello cielo nocturno
Astros de épocas antiquísimas que posaron para él
Y que el destino le permitió ver esa única noche
Él estaba acostumbrado estaba a ver las estrellas en todo esplendor
No se imaginaba lo distante que se encontraban  de donde él
Siguió andando con paso ligero por un camino limpio y seco
Cuando escucha que algo se acerca
Un objeto grande y de un material desconocido que se arrastraba
Artefacto que emitía un zumbido peculiar, como rugido de lince constante
Y emanaba unos rayos solares que se movían en compás asincrónico
De repente, el objeto rojo se posa a un lado suyo
La luz le bañaba su peludo y marrón cuerpo
El conejo se queda quieto, intentando analizar qué sucedía
Un chasquido metálico se escucha
Unos animales raros farfullaron algo extraño
Un momento de calma, desconocimiento de lo que acontecería
Qué bellas se veían las estrellas esa noche
Aunque, nuestro peludo protagonista no estaba fijado en eso
Quedó absorto con el rojo artilugio y su luz que quedó estática
Ignorando el torpe a los seres que algo tramaban
-Un grito propio de un demonio-
Algo se incrustó a un lado suyo
El impacto le aturdió y dejó catatónico
Sólo escuchó ese chasquido de nuevo...
Lo último que escuchó en su miserable vida
El mismo demonio que rugía por segunda y última vez
Y así, concluyó la vida del pobre animal
El ángel de la muerte se le adelantó por mucho
Le laceró el pecho, y le dejó esferas en sus tiernas vísceras
Murió al instante la noble bestia
Al menos no sufrió tanto como otros lo han hecho
Curiosamente, lo último que vio fue a en conejo de la luna...
Maldita e irónica forma de morir
Y yacía ahí, mirando su cadáver el cielo pintando de estrellas
El conejo de la luna fue el testigo que observó cómo algo le arrebató la vida a su colega
Ese algo
Adivina quién fue

Nosce Te Ipsum.

2 comentarios:

Venga, comenta :D Quisiera saber qué opinas al respecto :P