Folletos ecológicos

lunes, 1 de noviembre de 2010

Una que Nunca Fue

Érase una vez en Holanda
un par de críos con bufanda
eran lindos y blanquitos
más no por eso unos diablillos
Eran un par de hermanos
criados por muchas manos
uno muy gracioso
el otro un ocioso
Vivían en un convento jesuita
ellos servían de mozos
siempre enviados por la hermana Rita
por más agua al pozo
Un día, los dos muy hastiados
decidieron huir, fugarse
pero los muy ilusionados
de nada lograron equiparse
Era un día agustino y nublado
el Sol apenas se vislumbraba
pero los hermanos ya se habían marchado
-¿Pero qué hicimos?-, el pequeño replicaba
-¡Esas monjas nos amaban!-
-Calla-, contestó el otro, -Todas eran unas amargadas-
El resto del viaje fue muy callado
pasaron por pueblos, montañas y demás
pero ni un suspiro se había escuchado
parecía que no hablarían más
Pero algo los unió, algo inesperado
una grata sorpresa que a ambos alegró
con una bella felina se habían topado
era mejor eso de Vivaldi mil rondós
Pero cómo bautizar a la emergente gatica
cómo nombrar a tal peluda amiga
El primogénito gritó - ¡Benita!-
y el segundo respondió –Como usted diga-
Entre risas y penas los jóvenes vivieron
ya en la madurez, ambos cortaron camino
no sin antes prometerse un mejor destino
frente a una fuente eso se prometieron
El pequeño se volvió actor
el grande, un gran doctor
Benita la gata tuvo muchos gatitos
todos ellos muy peluditos
Hoy en día el final es desconocido
las palabras se las llevó el viento
yo, escriba, nada de esto he vivido
pero innumerables cosas yo presiento
Sólo algo es seguro, las bufandas aún viven
surcando están en el azul cielo
un nuevo par de amos ellas a la vida exigen
buscando desde el desierto hasta el eterno hielo

Escudriñando entre mis múltiples libretas que se camuflajean desinteresadamente entre el desorden general de mi hogar, encontré un poema/cuento que escribí hace ya un largo tiempo, el poema/cuento que acaban de leer. Se supone que ese era el “cuento corto” con el que entraría a un concurso de mi escuela, pero la maestra me dijo que eso en sí, no era un cuento.
Entonces, un sábado en carencia de fulgor solar me torné iracundo, puse buena música de fondo (Metal, Hell Yeah!!!) y comencé a abortar lo que sería “Desvélate”, la entrada del 31 de Octubre de 2010 acá en Laude Vitae. Y la diferencia entre uno y otro es… vaya, abismal.
Creo que puedo considerar a esta composición como el Álter Ego de “Desvélate”, claro está, nunca lo titulé y por ello le dejaré así, carente de nombre, como el hijo bastardo de algún monarca. Por ello, mi creación es una que nunca fue.
Nosce Te Ipsum

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