De Olvido viven, de Olvido mueren

Reinhardt es un jardinero muy irresponsable.

Digamos que él tiene un jardín con varias flores, pues, cultivar flores es algo que él disfruta mucho. Hay tantas flores, de muchas procedencias y orígenes variados, de tantas formas, tamaños y colores. Entre esas flores se encuentran unas tantas a las que riego y abono constantemente, con mucho esfuerzo y dedicación, y en especial una tan querida por mí que la he puesto en una maceta más que especial para dedicarle todo lo posible de mi afecto y corazón; también están unas a las cuales tengo desde hace un tiempo y que he descuidado bastante, unas están en agonia plenamente pero nunca fueron flores realmente importantes para un servidor, pero hay otras… que siguen siendo importantes y aún así, no han recibido algo de mí en un tiempo.

Las personas son como flores: debes de cuidarlas con mucho afecto, siempre habrán unas más especiales que otras y todas, tienen algo bonito en ellas. Y ahí está mi problema. Tengo flores importantes que están agonizando y apenas hoy tuve la decisión de hacer algo al respecto.
Quizá no sea lo más propio que digamos, pero sé que peor sería nada en comparación. Un humilde mensaje de proporciones considerables sería un buen comienzo para mi, digo… habiendo pasado tanto tiempo en un confinamiento solitario (por así decirle) sin mis cuidados seguro hará que una solitaria nota de mi parte sea un hermoso regalo, cuando en realidad sólo sea un torpe llamado de mi hacia esas flores importantes.

Y tú... ¿eres buen jardinero?
Si te está pasando algo similar, te invito a que hagas lo mismo que yo. Un regalo que no provenga de Santa Claus en esta época navideña no le cae nada mal a nadie.

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