Folletos ecológicos

jueves, 16 de diciembre de 2010

Winter Randomness

Vale.
Me hayo aquí, en esa habitación de la planta superior de mi casa (la cual, por cierto, comparto con mi hermano) sentado sobre la cama y con la computadora entre las piernas escribiendo algo, no sé si tenga sentido o no, pero de todas maneras, aquí vamos…
Dejen les cuento algo, hoy fue mi penúltima clase de la escuela de música, ya mañana es la última, de una hora de violín, la última hora que tendré en ese espacio que es mi querida escuelita de música. Vaya, cuántos recuerdos de ahí puedo sacar, desde mi estancia en mi anterior escuela hasta el ingreso a la nueva, desde que era más niño hasta que soy un poco más hombre, desde que mis manos torpes trataban de ligarse al diapasón del violín hasta ahora que ya son una gran pareja, desde que conservaba mi soltería hasta que por fin tuve la dicha de tener a una muy bella, carismática y culta Dama a mi cuidado.
Y dentro de lo que serían 6 meses aproximadamente, he de cerrar ese capítulo del libro de mi vida, para siempre. Es curioso, pero el final no está tan cerca como para ponerse a pensar eso, ¿no creen? Aún puedo hacer varias cosas ahí, y sin hacerla mucho de choro, vivir a plenitud mis últimos momentos en ese Templo de Músicos, donde el Arte converge a través de nosotros hacia los oídos atentos de los presentes.
Las cosas siempre han de llegar a su fin, y la Escuela de Música habrá de concluir también.
Regresando a lo que hago ahora… estoy comiendo unos cacahuates que me dio mi querida abuelita (que seguramente me sacarán alguna que otra muestra de acné en el rostro), también estoy apreciando una canción de los Sodom: “Baptism of Fire” de el “Agent Orange”, que me bajé (si mal no recuerdo) ayer. Tambien estoy en como “Ausente” en el Messenger, esperando a que mi adoradísima novia se conecte para poder intercambiar unas palabras con ella.
Y hablando de ella… mañana, después de ir a hacer unas cosas en mi pueblo, quedé de encontrarme con ella para estar juntos un rato, ya tiene un buen tiempo que no estamos juntos, y mi ser ya grita por su hermosa presencia a mi lado, mi cuerpo necesita al suyo y mi mirada se quiere ahogar en la suya. Mañana, es imprescindible que la vea, pues en el fin de semana he de emprender un viaje familiar (creo que será otro de esos tediosos) y bueno, ni manera de llevarme a Engel también conmigo, ¿o sí? Y para acabar de rematar, ella saldrá de vacaciones algún día de la semana que viene y no quisiera no verla por más de 10 días (hoy llevamos 8 días sin vernos).
Ahora, escucho un Live de los Pantera (no tan bueno, por cierto). Y por aquí también (aunque no tenga mucho que ver con la idea anterior) les cuento que por fin pude acabarme “Juegos de Ingenio” de John Katzenbach. Una buena novela para pasar un rato, el planteamiento y desarrollo de la misma en lo personal me parecieron algo lentos y sin tanta emoción, aun con ciertas partes emocionantes; ya en lo que se refiere al desenlace, las cosas se ponen realmente buenas y no pude resistirme a esas últimas líneas que te dejan pensando en el Mas Allá de la historia… ¿acaso Herr Katzenbach le hará una segunda parte? Lo dudo. Ahora que lo veo, es interesante, probablemente este fue el último libro que me leeré en este año, y no fue un broche de oro del todo. En fin, ya el siguiente será un nuevo año para tener nuevos conocimientos.
Y recuerdo que hoy en la mañana, le avancé un poco al Metroid Prime: Echoes que tengo pendiente desde hace un buen rato para el Nintendo Wii (¿algún problema con que sea nintendero?) . Debería acabarlo en estas vacaciones para no tener ningún juego pendiente para el año que viene y poder iniciar con gusto algún otro título que quiera/desee jugar. Hablando de juegos pendientes, aún debo el Far Cry 2 para PC que desde hace ya muchísimo tiempo tengo sin tocar; la campaña del mismo, que ya iba a más de la mitad, deberá de ser concluida lo antes posible.
Hablando de videojuegos y consolas… también recuerdo que tengo una iniciativa de venderle mi fiel y leal Nintendo DS a una tía que lo quiere para mi sobrinito de 5 años. Vaya… la tentación es fuerte, ¿saben? Un poco de capital me caería excelente en vísperas de los días navideños, me podría regalar un par de cosillas, como esa preciosa guitarra procedente de España que Frank amablemente me ofreció en $500 pesos y que para serles honestos, está muy por debajo de su precio original, es una oferta muy tentadora que no debo dejar pasar pues, ya tiene un tiempo que una “lira clásica” es requerida por mis manos; y quizá parte de lo obtenido se vaya por unos guantes fingerless negros que ya tiene un buen tiempo que quiero y con los cuales, me vería harto bien heavy.
Joder. Ya quiero que me compren mi nuevo violín. ¡Hostia puta!*. No es por querer dejar botada a Shannon Antonius en una esquina para enfocarme en cuerpo y alma al nuevo ser de manera y musicales curvas que vendrá a suplantarla bueno, la verdad es que así serán las cosas. Pero en serio, la duda de si mi papá me lo comprará o sólo me dio una vaga mentira, es una maldita zorra, me consume a cada rato que lo recuerdo. Lo peor es que no le puedo preguntar a mi papá si qué onda con mi violín, porque él es de esas personas a las que si molestas un poco te mandan mucho al carajo, y no quisiera que ya no me compre el violín, eso me pondría realmente enculado y por lo tanto, propenso a cosas que no debiese hacer… por otro lado, si no le digo, se le pueda olvidar…
¡JODER!
Bueno… creo que por ahora, es todo lo que me pasa por la mente, queridos lectores de Laude Vitae, por ahora dejaré de escribir. Me siento algo diferente después de hacerlo, algo así como que más relajado y en paz. En fin.
Nosce Te Ipsum
*Aprendizaje: Verán que en el citado libro de Katzenbach, venía una traducción en Castellano y no en mi querido “Español Mexicano” y se me hizo tan graciosa la expresión de Hostia Puta que decidí recordarla en una entrada del Blog.

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