Folletos ecológicos

viernes, 17 de diciembre de 2010

Hoy es un Gran Día

Hoy, amanecí a costa de un bokutazo* propinado por parte de mi sacrosanto padre, pues varios ratos antes no me había levantado de mi cama por órdenes directas de mi abuelo. Y bueno, él me dijo “Ya levántate, huevón” y yo con todo el sarcasmo mañanero, me puse de pie en la cama y dije: “Hoy es un gran día” aunque realmente no sé por qué coños nació ese pensamiento después de esa linda manera de despertar.
Y bueno, bajé pues mi madre me llamó para que bajara unas cosas de la camioneta que habían comprado y ahí estaba yo, haciéndola de burro de carga para mis papás pero en esos menesteres míos, estaba la incertidumbre de cómo poder ver a mi adoradísima Engel el día de hoy, pues se supone que como hoy me voy de viaje, nuestro encuentro sería como una despedida temporal. Bueno, ya después de acabar, me fui a vestir apropiadamente para ir por mis calificaciones al plantel y me puse mi indumentaria básica: Botas negras, pantalón de mezclilla oscura, una camisa de Slayer, la muñequera de cuadros rojos con negro de mi hermosa pareja, el celular, la cartera (a la cual le puse algo del dinero de mi cajita de dinero), mi pentagrama inverso y mi inseparable reloj Casio (en serio, si no tengo un reloj en la muñeca, me estreso CULERO). Entonces, ya estaba listo… bajé y recordé que no había bajado el Zippo, así que me fui en chinga y hasta me dio tiempo de rellenarle el combustible.
Y bueno, ya después emprendí una travesía nada épica y muy aburrida por las insalubres calles de mi querido pueblito junto a mis padres, de andariegos estuvimos en muchas de esas vagas departamentales pero… ¿Y Engel?. Recuerdo igual que en esos momentos en los que mi papá salía del vehículo, le insistía a mi mamá sobre mi visita con Engel pero ella dijo que ya no podría salir con ella, pues estábamos a merced de la voluntad de mi opresor padre. Tal parecía que nuestro encuentro planeado a las 10 am se había ido mucho al carajo y me estresé bastante. “El día es una mierda”, pensé en esos momentos.
Sufrí, al haberle fallado de nuevo a mi Ángel… incluso, los recuerdos me estuvieron asolando un buen rato: Cuando una despedida a de una compañera a la cual no pude ir, cuando el estreno de Harry Potter al que tampoco pude ir y ahora, esto. Me sentí como un completo incompetente ante las necesidades de mi dulce novia y pues, estaba entre una mezcla de pena, culpa y enojo. Recurrí a mandarle un mensaje de texto (con el celular de mi madre, pues yo no tenía en ese momento) tratando de explicarle mi ausencia y despidiéndome de ella, por esos 3 días que no estaré en el pueblito.
Enviado el mensaje, me resigné a estar con mis papás y andaba ahí con ellos, buscando un puñetero electrodoméstico para guardar carne y yo, con el puto corazón padeciendo pena. He de mencionar tambien que sentía que allá en mi destino me iba a poner a escribir mucho sobre los sentimientos que me acosarían por la pena que me consumía…
Regresamos a mi casa, y mi papá me llevó en motocicleta a mi plantel y se estacionó muy cerca de la entrada para que yo fuese rápido a recoger mis calificaciones; me acerqué a las improvisadas mesas y ahí estaba Estrada, un colega de mi salón recibiendo sus calificaciones de la maestra Naty, quien me diera Química hace ya un semestre. Entonces, recibo las mías y aún consternado por mi falta de Engel me voy, como si nada, sin importarme realmente ese 9.7 que saqué. Cuando iba saliendo, me encontré a Becerra, un chavo de 5to semestre con el que a veces juego básquetbol, y sin pensarlo le doy la mano en un gesto amable y… seré honesto, no tengo palabras para describirlo, pero… HOY ES UN GRAN DÍA. Ahí, al lado de Becerra y su novia, estaba una bella criatura con toda su perfección  mirándome fijamente y por mero reflejo de mi cuerpo (que está acostumbrado al de ella), me le lancé, asesté un beso y la abracé fuertemente. Las palabras que dije simplemente salieron de la nada, yo sólo quería estar cerca de ella para sentir su cuerpo junto al mío y en uno que otro momento, darle un beso y perderme momentáneamente en los suyos avellanados ojos. Vaya… ese momento tan inesperado “le dio la vuelta a la tortilla” de mi día, pues pasé de estar malhumorado a estar feliz por dentro por ese único encuentro con mi adoradísima novia. Joder… aún no puedo creer que la buena suerte me haya inyectado tanta de su azar beneficioso para que yo, un simple mortal, haya podido ver a un ser tan hermoso antes de partir a mi –obligado- destino con mi familia. “Angelus In Aeternum”
Después de encontrarme con mi dichosa Dama, emprendí camino hacia otros rumbos y mi padre –en un inesperado acto de benevolencia- me compró unos guantes fingerless que ya tenía tiempo que quería; además de que me llevó a una tienda de artículos “metalosos” en donde adquirí una muñequera de los PanterA que está muy padre.
Y lo que sigue de este día, son sólo preparativos del viaje. Así que aquí concluyo mi relato.
Nosce Te Ipsum
*Niponadas: Una “Bokuto” (o “Bokken”) es una espada hecha de madera que asemeja la forma y tamaño de una katana verdadera de acero. Un servidor posee una, la cual fue usada para un propósito no del todo bélico.
Nota: El texto escrito enteramente en letras itálicas, son cosas que apenas hoy (19 de Diciembre de 2010) pude concluir.

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