Felitia Ante Solis

Y sin que Helios se asomase por ser día
me quedé preguntándome muchas veces si
el cielo verde se tornaría por odio o envidia
pues  un ángel me prefiere tan dulcemente así

Sobre llanuras de penumbras
y valles de eterna desolación
una llama es mi ser, un escudo

Que con miradas a las que te acostumbras
y pensamientos de amplia admiración
vacían todo mal de fuera en un embudo

Un ser de luz que se perdió por aquí
y  que por azares del destino llegó a mi

Protegiéndome de todo lo habido
esa flama que me ha de salvar
dejando todo atrás todo lo conocido
cariñosamente invitándome al mundo olvidar