Gélido Mortal

Muero de frío, muero sin fe
que acredite lo que nunca fue
¿he permitido vivir mi propio infierno?
¿me he condenado a un eterno invierno?

Perdida tu primavera, perdida, ya, ¡maldita sea!
el gran equívoco no fue para nada recíproco
por que sé que algo hice yo, que algo hice mal
me lancé, sin querer, a mi castigo indulgente abisal

Tan lejano el recuerdo es
de mejores tiempos que yo torné
por una lluvia incierta de duda y dolor
perdiéndome, inevitablemente de todo calor

Solo se oye, solo se escucha
la desdicha de un páramo solitario
cuya pena es mucha, en la llanura se escucha
tan lejano, el dolor de este desdichado

He aquí la impersonal tierra de los muertos
sin Artemisa velando al crepúsculo invernal
dentro del cielo las nubes se lamenten sin dudar
centro del hielo, cayendo del negro firmamento tuerto

La luz del día no tiene presencia aquí, pronto lo verás
o quizá no, pues la sombra se come a la oscuridad
el deseo carnal es opacado por el sentimental

Que tus caricias han dejado dentro del cuerpo celeste

que se retiró, en una rima sombría
llenando el aire de palabras frías

la gélida tierra, sin norte, sur, este u oeste

Yace impertérrita la montaña
que una vez quiso albergar esperanza
yace sepultada sin ritos de fe ni alabanza

Cubierta de pena glaciar, infernal
que etéreamente, me acompaña